El Red Bull Salzburg certificó el pasado martes su pase a las semifinales de la UEFA Youth League tras deshacerse por 4-3 del Olympique de Lyon. En ese partido los protagonistas fueron indudablemente la pareja formada por Karim Adeyemi y Chikwubuike Adamu que destrozaron a los franceses con 2 asistencias y 3 goles respectivamente. Sin embargo, a pesar de tal monstruosa actuación de ambos, hubo otro jugador del que quedé fascinado.
Su nombre es Luka Sucic (8-9-2002), jugador nacido en la localidad austriaca de Linz pero de padres croatas. Su nombre hace unos meses era totalmente desconocido para mi, pero por allá por marzo de este mismo año nuestros caminos se cruzaron. Fue en la eliminatoria de octavos de final ante el Derby County, los austriacos se impusieron por un contundente 4-1 y Sucic dió una auténtica exhibición.
Inconfundible por su clase en conducción con la zurda y su envergadura (1,85 m), el pasado martes me volví a cruzar con él y me reafirmo lo que en un primer momento pensaba sobre él. Sin una actuación tan brillante como en la eliminatoria anterior pero si dejando muestras de que va para jugador importante.
Sin todavía una posición demasiado definida, lo podemos ver actuar tanto de interior izquierdo como en posiciones más avanzadas. Es bueno tácticamente, sabe asociarse muy bien con sus compañeros y tiene una conducción vertical capaz de dejar atrás a varios rivales en una jugada pero sin lugar duda sus dos mejores virtudes son su visión de juego y su golpeo de balón, lo que le permite ser decisivo en los últimos metros del terreno de juego.
Esta temporada ya ha acumulado experiencia en segunda división jugando en el Liefering, el equipo asociado al gigante de la Red Bull y en el que juegan la gran mayoría de los jugadores que integran esta plantilla de la Youth League. Lo que está claro es que de él dependerán muchas de las opciones de emular a los Wolf, Haidara y compañia que se alzaron con titulo en el 2017. El Real Madrid, su próximo rival en las semifinales puede ir tomando nota.
Este es un juego muy emocionante, con la cooperación tácita entre los jugadores, además de una estrategia muy detallada. Solo ganó el juego. Creo que vale la pena celebrarlo.
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